No sirves, no existes

El año pasado tuve la fortuna de asistir en Valencia al curso de Restauración de encuadernaciones impartido por Arsenio Sánchez Hernámperez. Un curso ameno, completo, desarrollado a la perfección por un profesional de infinita paciencia. En el último trabajo que he realizado, me he acordado aún más si cabe de algunas de las enseñanzas aprendidas, pues consistía en el desmontaje de varias encuadernaciones. Arsenio nos comentó acerca de varias encuadernaciones “sin valor”, del siglo XIX -si no recuerdo mal- que habían desaparecido de la Biblioteca Nacional en pro de otras mejor terminadas, de gran calidad, realizadas por un encuadernador de prestigio, que preservaban como debía ser el contenido. Hasta ahí todo bien, ¿verdad? Eran encuadernaciones que estaban perjudicando la preservación de ese documento. Ahí comienza el peligro de categorizar las cosas y moverse únicamente por protocolos nunca cuestionados. La encuadernación es un documento en sí misma, aunque de hecho no…

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Diente de perro

Diente de perro. Es un nombre curioso, y suena bastante agresivo. De hecho me acuerdo de la primera vez que lo oí: estabamos en las primeras clases de encuadernación haciendo un repaso sobre los tipos  de cosidos. También se nos dijo que era un tipo de costura non grato para la conservación documental, de tal manera que si nos lo encontrábamos algún día (porque era relativamente frecuente en encuadernación de archivo, para cosido de hojas sueltas) debíamos plantearnos una alternativa.

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Testimonios: Xilófagos.

Sssst… eh! tú, sí, tú, la de la bata. Te has despistado, guapa. Cuando alguien trabaja horas y horas sólo, con la única compañía de la radio o de la música de Ray Lamontagne, supongo que no es raro que tarde o temprano acabe oyendo voces. (Pero no pensé que tan pronto). Me refiero a esa foto que pusiste en tu página de Facebook. Anotaste como Derméstido el bicho ese que encontraste. Va a ser que no. Sácame de aquí que te lo explico clarito. Como me pareció de lo más lógico que un bicho me explicase las características morfológicas de otro bicho, así lo hice. La voz venía de una pequeña superviviente, que vive en un tarrito acompañada de un trozo de papel secante como alimento. Os explico: toda la documentación que llevo a mi taller está desinsectada. Pero un día, como que no quiere la cosa, me encontré…

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¿Y eso… lo tenemos aquí?

Hace pocos días di por concluida de forma definitiva la entrega de una serie de documentación histórica que, más que ocupada, me tuvo literalmente enamorada en todo este tiempo. Sí: estaba en un estado lamentable de nuevo por obra y gracia del gran mal que acecha al papel de estas costas, como podéis ver en las fotografías, pero hasta eso no nos impedía, tanto a la archivera como a mí, mirar extasiadas las delicadas formas gráficas de los textos manuscritos, los sellos… Se trataba de una serie de legajos que procedían de varios libros de acuerdos comprendidos entre 1587-1602.

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El punto rojo

Cuando un expediente en un archivo lleva este punto en su caja, malo. Si no recuerdo mal, es el mismo que nos indica en las bibliotecas que el libro está excluido del préstamo por las razones que sean. En el caso de un archivo, indica que está fuera de consulta. También puede ser por varias razones, imagino. Pero casi seguro sea porque consultarlo supone un peligro tanto para el documento como para la propia persona que decide arriesgarse a abrir esa caja.

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Fin…

Una de las verdades más verdaderas es que cualquier profesional descansa tras la entrega de un proyecto. En él, por breve que sea, suele poner almacorazónyvida, que diría el cancionero. Hoy quiero compartir con vosotros la entrega de un proyecto de cinco meses. Cinco meses por cinco libros. Por supuesto en este tiempo no estuve todos los días y durante las ocho horas (…¿he dicho ocho?…) encima de esos libros. En absoluto. Si fuese así, ningún proyecto tendría sentido… Era, simplemente, el plazo de entrega que propuse. La razón principal: entre procesos hay momentos de espera en los cuales el papel debe reposar y el libro dormir (eso y la existencia de otros trabajos pendientes, imprevistos, posibles errores en el proceso, retrasos en la entrega del material, así como el hecho definitivo de que soy sólo un ser humano). Mejor no pillarse las manos en este sentido…

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Firmo, luego existo

Mientras trabajo suelo escuchar la radio. Ayer, uno de los colaboradores criticaba la pseudociencia de la grafología: que el carácter de una persona se pueda deducir de su forma de escribir y, en especial, la premisa de que incluso cambiando nuestra forma de escribir se pueda cambiar la forma de ser. Bueno, partiendo de esas valoraciones y sin conocer a fondo la utilidad de esa disciplina, lo cierto es que yo también me considero escéptica con ese tema. Otra cosa diferente es el peritaje caligráfico -utilizado en investigaciones policiales- o el estudio de la caligrafía. No tiene nada que ver. Pero sí me despierta curiosidad saber lo que un grafólogo diría de esta firma y de muchas otras que se encuentran en los libros y documentos…

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Delito

Delito, según la RAE, hace referencia a un acto penado por la ley. Pero también a aquella acción reprobable que nosotros, de manera cotidiana, entendemos como: “esto es un delito”. Si los restauradores tenemos un código deontológico que debemos seguir porque de esa manera nos atenemos a las directrices básicas que hemos aprendido en nuestra profesión es fundamentalmente porque nos permiten respetar la obra por encima de todo. Pero no estamos colegiados. Y aunque tenemos varias instituciones que velan, a nivel comunitario y nacional por el derecho de nuestro patrimonio, si vemos algo inadmisible- y lo vemos más a menudo de lo que nos gustaría-, no tenemos forma de denunciarlo.

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Testimonios: El pececillo de plata

Puede que algunos de vosotros me recordéis, otros no. No soy tan fácil de ver. Pero en general, cuando lográis verme, me clasificáis automáticamente como “bicho” y me mandáis sin ningún remordimiento al otro mundo. Un poco de consideración, leñe. Que mi familia estaba ahí cuando vosotros, los humanos, no érais ni un amago de proyecto… Vale. Para que veáis con quién os estáis midiendo, voy a hacer un posado:

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