De caprichos, disparates y miedo

Mi objetivo en esta semana era escribir acerca de otra artista maravillosa, Mary Cassat, pero me temo que habrá de esperar: en su camino se ha cruzado un inmortal, Goya. Goya es uno de esos creadores a los que cualquiera con escaso interés por la historia del arte nombraría ante la pregunta de: “dime tres pintores que conozcas”. Si después se le preguntara por una obra suya, probablemente mencionaría la Maja desnuda o Los Fusilamientos. Si se incidiese más allá y se le preguntase el por qué de su importancia, puede que no supiera responder. Es importante porque era importante. Los porqués, ahí está el problema casi siempre.

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La Meditatio del vino

Estaba yo preparando una entrada sobre Goya, cuando caí en la cuenta de que ha llegado el otoño a esta parte del mundo. Aquí en Asturias nos ha saludado con un calor bochornoso producido por un aire cálido y tormentas discretas. Mucho se escribe sobre la primavera y menos sobre el otoño, creo, como no sea para hablar de la melancolía del fin del calor y el comienzo de las lluvias. Con el otoño se acaban para muchos las vacaciones. Los días merman, hace un poco más de frío y apetece recogerse en casa, pero otros amanecen soleados y calurosos, como si se arrepintiese de haber llegado. Las televisiones se empeñan en recordarnos que ha llegado el otoño, que ya se acabó lo bueno, y qué tristeza más grande.

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Mi voz, en la radio

He comentado algunas veces que soy una escuchante habitual de la radio, especialmente mientras trabajo. Es un medio que con los años cada vez me apasiona más aunque por desgracia los últimos cambios en RNE me han dejado huérfana, de alguna manera. Al menos he sentido y mucho la pérdida de unas voces amigas que estaban ahí conmigo todos los días. También alternaba la Pública con la cadena Ser porque para mí ha sido siempre una voz familar: Radio León se sintonizaba habitualmente tanto en casa como en el coche por mis padres y la sintonía de los informativos la tengo grabada a fuego en mis recuerdos. Así que cuando Ricardo Chao me ofreció unos minutos de su espacio dedicado a Internet en el Hoy por Hoy de Radio León-Cadena Ser me emocioné doblemente, y se lo agradezco muchísimo.

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El singular viaje del Codex Rachelis y la Meditatio de San Crispín

Dicen que a la vuelta de un descanso conviene abordar en primer lugar las cosas pendientes, y en ello estoy… Por fortuna son aún unas cuantas. Pero una de las que más ilusión me hacía era finalizar la fascinante propuesta de intercambio que felizmente se me sugirió tiempo atrás. Quizá más del que a ambos nos gustaría, pero las buenas cosas requieren tiempo y paciencia. Luis Carlos Montero Umaña es un magnífico encuadernador que vive sobre la hermosa tierra de San José, en Costa Rica. Nunca he cruzado el Atlántico, ni tampoco he salido de Europa. Quizá por ello ese país, en la información que me llega de él a través de sus fotografías y del aroma del café que mi amigo a tenido a bien enviarme se me antoja fascinante, qué duda cabe.

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Qué descansada senda…

… la del viajero. Toda rutina pesa, incluso aquella que es acogida con pasión. Quizá esa agota aún más. De repente todas las ideas se amontonan, pujando por salir primero. Si no nos cuidamos, podemos quedarnos en un punto donde no nos movamos, con ese hormigueo raro en los pies. Por eso a veces es necesario dejar esas ideas en un sitio, calzarse las sandalias y el sayo más viejo, coger la Meditatio -por supuesto- y echarse a los caminos buscando que la mirada repose en el infinito.

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El encargo de Tharasia

Hay encargos que marcan… y, si no, que se lo digan a Fray Martino, el verdadero protagonista de nuestra historia. Piensas en ellos desde el momento en el que se te hace la propuesta. A veces, trabajas codo con codo con la persona que sugiere el trabajo, porque tiene una idea más o menos clara en su cabeza. Hasta el momento, he tenido la suerte de que cuando ha sido así es porque han visto uno de mis trabajos y han querido versionarlo para un sueño propio, como fue el caso de Jan y su deseo de homenajear a su marido y a la obra de Virgilio, que os conté en esta entrada.

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Testimonios: Xilófagos.

Sssst… eh! tú, sí, tú, la de la bata. Te has despistado, guapa. Cuando alguien trabaja horas y horas sólo, con la única compañía de la radio o de la música de Ray Lamontagne, supongo que no es raro que tarde o temprano acabe oyendo voces. (Pero no pensé que tan pronto). Me refiero a esa foto que pusiste en tu página de Facebook. Anotaste como Derméstido el bicho ese que encontraste. Va a ser que no. Sácame de aquí que te lo explico clarito. Como me pareció de lo más lógico que un bicho me explicase las características morfológicas de otro bicho, así lo hice. La voz venía de una pequeña superviviente, que vive en un tarrito acompañada de un trozo de papel secante como alimento. Os explico: toda la documentación que llevo a mi taller está desinsectada. Pero un día, como que no quiere la cosa, me encontré…

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Hoy, no es difícil verlo

Aunque procuro alternar mis entradas entre las diferentes temáticas de este blog y ahora sin duda tocaba algo sobre restauración documental, voy a hacer una excepción. Buscando información entre mis fotografías encontré las que os muestro. Fueron tomadas en Pamplona hace aproximadamente un año, durante una ruta que hicimos hasta Barcelona.

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La mujer primitiva

Conocí a Séraphine el día que vi la película que recrea su vida. Y fue un flechazo, en todos los sentidos. Supongo que también contribuyó la calidad de la propia película, sus hermosos planos, Yolande Moreau en un papel tan difícil, su espectacular banda sonora… Todo ello enriquece la vida de un personaje complejo y a la vez sencillo. Porque supongo que Séraphine era, ante todo, un alma sencilla que no le pedía demasiado a la vida.

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El peligro de asomar detrás de tu puerta

A todos nos gustan las citas. Creo. Nos inspiran, nos motivan. Las colocamos en el principio de nuestros libros, en nuestros diarios… Yo tenía mi carpeta -y la mesa- del instituto llena de citas, poemas, etc., y por supuesto no era algo original. En esa edad estamos casi ansiosos de referencias, de inspiración. Con suerte, esa sed no se nos va a quitar nunca y seguiremos bebiendo de las palabras como si de agua fresca se tratase.

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