De caprichos, disparates y miedo
Mi objetivo en esta semana era escribir acerca de otra artista maravillosa, Mary Cassat, pero me temo que habrá de esperar: en su camino se ha cruzado un inmortal, Goya. Goya es uno de esos creadores a los que cualquiera con escaso interés por la historia del arte nombraría ante la pregunta de: “dime tres pintores que conozcas”. Si después se le preguntara por una obra suya, probablemente mencionaría la Maja desnuda o Los Fusilamientos. Si se incidiese más allá y se le preguntase el por qué de su importancia, puede que no supiera responder. Es importante porque era importante. Los porqués, ahí está el problema casi siempre.