Quien lo probó, lo sabe.

Esta es la primera Meditatio Summum que me hubiese gustado hacer. Pero quizá era preciso que tuviera varias hermanas mayores antes de que naciera. ¿La razón? Pues simplemente intentar hacer un pequeño homenaje a uno de los grandes de la/nuestra historia literaria. Y qué mejor para estrenar esta extraña primavera que uno de lo sonetos de amor más bellos jamás escritos. De eso, sin duda, el gran Lope sabía un rato largo…

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