La primera piedra y la urna del tiempo (II): alisado, alisado, alisado…
Yo no sé si os sucederá a vosotros, pero a mí la conjunción de gripe, dolor de cabeza y sueño me suele derivar en un ataque de nostalgia. Eso de acordarme de cosas pasadas. Así que, Paracemol e infusión calentita mediante (con miel de Outurelos por supuesto), voy a pasar a continuar el post anterior y recordar cómo fue el proceso de restauración del contenido de la urna. Lo primero que sentí fue el ligero cosquilleo del miedo erizándome los pelillos de la nuca. Porque iba a tener comigo nada menos que tres ejemplares de prensa tamaño sábana. Abiertos, medían aproximadamente 89 x 61 cm…