Testimonios: El pececillo de plata
Puede que algunos de vosotros me recordéis, otros no. No soy tan fácil de ver. Pero en general, cuando lográis verme, me clasificáis automáticamente como “bicho” y me mandáis sin ningún remordimiento al otro mundo. Un poco de consideración, leñe. Que mi familia estaba ahí cuando vosotros, los humanos, no érais ni un amago de proyecto… Vale. Para que veáis con quién os estáis midiendo, voy a hacer un posado: