“Los que aman la palabra”
Cuando Ana Paz Paredes estuvo hablando conmigo en mi pequeño taller, me preguntó: “¿Por qué Eremita?” Le contesté, señalando alrededor, que básicamente porque mi trabajo es eminentemente solitario. Especialmente si tienes tan poco espacio como tengo yo por el momento. Cuando paso por temporadas de buenos encargos en restauración, con unos plazos de entrega concretos, son muchísimas las horas encerrada con mis papeles. Puede que en verdad no sea un monje eremítico con sus códices, pero sí llevo una vida eremítica. Como muchos de mis compañeros. Me gusta pensar que en cualquier momento puedo salir de ese aislamiento voluntario y ponerme en contacto directo -o virtual- con las personas. Como el tiempo es limitado, suele ser preciso obviar las obligaciones y centrarme en aquellos a los que quiero, y que me quieren. Pero también busco el momento para agradecer a aquellas personas que dedicaron parte de su tiempo a valorar…