¿Dónde guardas tu vida?

Las personas (las maravillosas personas) que han apostado por mi trabajo para guardar su vida lo han hacen por diversas razones. Lo sé. Muchas se declaran coleccionistas de cuadernos. Otras, apasionadas de la encuadernación, ven los libros como objeto de deseo y de arte. Algunas, quizás las más, son personas creativas que necesitan volcar sus ideas en un espacio que haya pasado previamente por un proceso creativo, que sea inmediato, y que no tengan que esperar “a que se encienda” (ese mismo espacio digital, magnífico y práctico, pero que también está, a veces, “demasiadas” horas con ellas). Las hojas del libro, su olor, su tacto, son un espacio cálido y conocido, atemporal; un punto de desconexión con su trabajo diario. Esos cuadernos están llenos de bocetos de todo tipo, de ideas sueltas, de pensamientos fugaces. Me gusta imaginármelos así, parecido al mío…

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Voluntad

Este domingo tuve la suerte de que unos amigos me invitasen a recorrer el mágico entorno de Muniellos. Llevaba en mi mochila mi Meditatio viajera, que sólo tuve ocasión de sacar durante la hora en que paramos a comer en el alto donde se encuentra la increíble laguna de la Isla.

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ObeO

Los papeles al engrudo (paste papers, papier à la colle…) como técnica decorativa en encuadernación me parecieron fascinantes cuando los conocí. Durante mis estudios sólo los abordé de una manera teórica, estudiando los estilos de la encuadernación, pero luego, a poco que se indague en los libros, aparecen unas mínimas instrucciones para elaborarlos. Por ejemplo, en el magnífico compendio de: “La encuadernación, técnica y proceso”, de Annie Persuy y Sün Evrard, o ya en monografía exclusiva, Christine Trautwein en “Le papier à la colle”. También Josep Cambras en “Encuadernación, técnicas decorativas”, lo menciona brevemente. Pero sin duda quien más ilustrativa y completamente nos ha aportado la técnica es el español Carlos Rey en su magnífica web “Aquí se encuaderna“. No sólo nos da la receta del engrudo y la mejor manera de aplicarlo, sino que nos ilustra con unos completos vídeos del proceso. Impresionante.

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“Los que aman la palabra”

Cuando Ana Paz Paredes estuvo hablando conmigo en mi pequeño taller, me preguntó: “¿Por qué Eremita?” Le contesté, señalando alrededor, que básicamente porque mi trabajo es eminentemente solitario. Especialmente si tienes tan poco espacio como tengo yo por el momento. Cuando paso por temporadas de buenos encargos en restauración, con unos plazos de entrega concretos, son muchísimas las horas encerrada con mis papeles. Puede que en verdad no sea un monje eremítico con sus códices, pero sí llevo una vida eremítica. Como muchos de mis compañeros. Me gusta pensar que en cualquier momento puedo salir de ese aislamiento voluntario y ponerme en contacto directo -o virtual- con las personas. Como el tiempo es limitado, suele ser preciso obviar las obligaciones y centrarme en aquellos a los que quiero, y que me quieren. Pero también busco el momento para agradecer a aquellas personas que dedicaron parte de su tiempo a valorar…

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Meditatio (I)

Meditatio es el nombre que le di a mi primera encuadernación de cartera en piel. Por ser la primogénita, tendré siempre debilidad por este diseño y por lo que simboliza. Si consultamos el significado de ese término latino, “meditatio” significa no sólo lo más obvio: meditación, reflexión, consideración. Por ello, ya era un buen nombre para un diario personal en el cual pararse a pensar, a meditar en un momento del día y dejar por escrito los recuerdos y pensamientos más íntimos.

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