La mujer indómita
Artemisia nos fascina de forma inevitable cuando nos enfrentamos a su obra. Como gran creadora es de una fuerza arrolladora y cercana. Es todo un estallido sensorial que nos acerca a lo sublime. Es una mujer de carne y hueso la que nos mira desde cada uno de sus autorretratos alegóricos. La sentimos inteligente, indómita, apasionada, incansable. No sé si es por la intensidad de su mirada, de sus brazos poderosos, de sus manos inagotables, de su impudor en los desnudos femeninos. De todas las mujeres creadoras que no debieron nunca separarse como género, Artemisia es emblemática. Es una artista de una calidad tal, que una sufre al saber que estuvo tanto tiempo olvidada.