Mucho de lo que nos encontramos en nuestro patrimonio nos cuenta una historia y nos lleva al pasado, casi en un flash-back.
Los restos de cera son malos: grasos, ácidos, dañan el papel.
Pero también nos dicen que la persona que estaba leyendo o escribiendo este documento estaba utilizando un cabo de vela para poder hacer su tarea. Quizá se le estaba terminando, y acercó el candil para ver mejor.
Sin la luz no podríamos disfrutar de este patrimonio, y tampoco yo podría intervenir en él para poder seguir disfrutando.
… Quizá eso os de unla pista del por qué utilizo antiguos candiles para acompañar mis libros.
Se juntan los recuerdos con la necesidad de unos tiempos en donde la luz era un bien preciado y no un derecho, y su disminución era tan visual como una vela deshaciéndose de forma paulatina, o una mecha consumiéndose.



En esa época tu serías la guardiana de los documentos de la biblioteca del lugar… es que te estoy viendo y todo!!!!!!!!!! Habrian llegado a nuestros días en impecables condiciones, jejejeee
… ¿y me ves con barba larga y patillas? 🙂
También era un peligro, acordaros del “el nombre de la Rosa”
No seré yo quien desestime las virtudes de la luz eléctrica… 🙂
Nunca había pensado que unas gotas de cera pudieran susurrarnos cosas del pasado…
Qué interesante, Raquel!
Quiero saber más!! ;))
¡Muchas gracias, Delia!
Me parece muy interesante como vivís en un permanente estado de enamoramiento por la luz de carácter ancestral tal y como proyectás en las fotos de tus meditatios en los que están presentes las velas. Creo que es fascinante ser testigo de como tu quehacer te involucra con esa manifestación ”lumínica”, volviendote una especie de ”iluminadora” que trae ”a la luz” toda esa valiosa herencia del pasado que rescatás con tus artes.
Afortunados nosotros que por medio de la luz de nuestros monitores podemos disfrutar de esas imágenes que compartís.
La luz es algo fundamental para los seres vivos. Quizá el momento en el cual supimos apreciarla y utilizarla a nuestro servicio se corresponde con una escala más en nuestra evolución. La idea final sería que hoy la respetásemos como antaño, como una fuente no inagotable, y con toda su simbología intacta. No en vano, los seres humanos y en concreto las mujeres en su creación vital más importante “dan a luz”. 🙂